La conmemoración
de los 50 años de nuestro querido Núcleo Escolar Rural 258 se constituye en el
momento oportuno para dejar testimonio de cuánto han realizado tantos hombres y
mujeres que dejaron aquí su impronta y su huella. Muchos de ellos se encuentran
presentes en este lugar y han vivido el sueño de fundar y desarrollar nuestras
instituciones educativas. Nuestro respeto y reconocimiento a todos aquellos
directivos, docentes, padres y alumnos y
hoy ex alumnos, que han sido y son parte de las páginas de NER 258 a lo
largo de estos años.
En esta celebración, sin duda, todos hacemos una
mirada retrospectiva. Por eso, es una ocasión propicia para observar con
sabiduría su historia y reconocer en nuestro NER lo que es perdurable y debe
conservarse con esmero. Pero al mismo tiempo, es la oportunidad de ver más allá
y proyectar su perspectiva hacia el devenir.
Desde esta mirada, se descubren hitos que han jugado un rol
clave en su desarrollo, y por lo mismo están llamados a constituirse en los
ejes de nuestra historia rural.
En la hora de la fundación del Núcleo Escolar Rural 258, y
como en toda hora fundacional, podemos reconocer el ardor, el entusiasmo, con
que se gestan los sueños y las aventuras.
Desde mi misión de como miembro de la Gran Familia que
hoy conformamos en Núcleo Escolar Rural 258, quiero invitarlos a reconocernos en este
pasado: sólo así podremos proyectarnos hacia el futuro. Nosotros ya
formamos parte de ese futuro.
El siglo XXI es el siglo del saber. El saber cambia el
mundo, y nuestro mundo está cambiando a la velocidad de los nuevos descubrimientos.
Hablamos de la sociedad del conocimiento, hablamos de
posmodernidad y de crisis de la educación. Es entonces cuando nos encontramos
con una realidad incontrastable: la brecha que existe entre el profesional del
siglo XXI, que son nuestros alumnos y la escuela de hoy.
Esta disyuntiva amerita que, como educadores, nos
replanteemos objetivos, metas, pedagogías y sus didácticas para poder formar no
solo al profesional de cualquier disciplina, sino al profesional competitivo
que marcha de la mano de la vanguardia tecnológica. De allí que sea necesario
desarrollar el pensamiento crítico y estimular la actitud científica desde el
primer ingreso a las escuelas rurales y a lo largo de toda la vida educativa.
Comenio, padre de la didáctica, ya en el siglo 16
definía la educación “como el arte de hacer germinar las semillas
interiores que se desarrollan no por incubación sino cuando se estimulan con
oportunas experiencias, suficientemente variadas y ricas y sentidas siempre
como nuevas, incluso por quien las enseña.”
Es responsabilidad nuestra, apreciados compañeros, hacer
emerger el deseo de aprender. Es preciso crear situaciones que
favorezcan el despertar y florecimiento de este deseo. Debemos crear
situaciones diversificadas, variadas y estimulantes que ubiquen a nuestros
alumnos en la necesidad de actuar, de saber hacer y no simplemente de recibir.
Y es obligación y competencia de nuestras escuelas reflexionar sobre esta
responsabilidad.
Es responsabilidad de las familias, acompañar a la
instituciónes en la difícil tarea de formar hombres y mujeres para un mañana
competitivo, donde deberán hacer frente a nuevos desafíos en forma autónoma
y profesional.
Como verán, el prestigio de la educación,
de la enseñanza, es una tarea de todos: a todos nos compete y a todos nos
afecta. Y es una tarea lenta, silenciosa, cargada de sacrificios cuyos frutos
se conocen con el tiempo.
Como nunca antes en su historia institucional, Núcleo
Escolar Rural 258 se encuentra en una coyuntura que habilita la posibilidad de
crecimiento, de maduración y de proyecciones insospechadas. Sin embargo, este
propósito será realizable en la medida en que cada miembro de la comunidad;
Directores, Docentes, personal Administrativo; personal Aseador, Madres
Elaboradoras, padres y alumnos, asuma el rol que se requiere para estar entre
los mejores.
Como NER aceptamos los nuevos desafíos y tendencias,
conscientes de que contamos con recursos insustituibles: un capital intelectual
valioso, una administración y gestión la cual se puede mejorar claro que
sí yo creo en ello, recursos humanos orgullosos de pertenecer a una
organización en búsqueda de la excelencia, una comunidad muy comprometida con
el proyecto educativo y rural, soportes tecnológicos y una
infraestructura que en 60 % de nuestras instituciones se considera óptima.
Estos primeros
50 años nos marcan como Núcleo Escolar Rural 258. Invito a comenzar a replantearnos y
repensar algunas ideas para nuestros alumnos del siglo XXI, a saber:
La necesidad de formar en valores y no solo en utilidades.
El compromiso de reactualizar la herencia de nuestra cultura y nuestras
tradiciones y costumbres rurales.
La revalorización del papel de la familia, sobre todo en los primeros estadios
de socialización.
La determinación de formar
ciudadanos y no consumidores
La convicción de apostar por la formación del carácter ya que es imprescindible
recuperar el valor de la voluntad, del esfuerzo y del sacrificio para alcanzar
las metas propuestas.
El enseñar a nuestros niños y niñas
amar a la naturaleza y que sean conscientes de los cambios climáticos, que el calentamiento global está causando
terribles consecuencias a nuestra tierras, sobre todo el cuidado del medio
ambiente y la preservación del agua, de la Flora y de la fauna de nuestras
aldeas y caseríos de estos dos municipios Sucre y Francisco de Miranda, que se
ven unidos no solo por su condición geográfica o su historia, también por nuestro
Núcleo Escolar Rural 258.
Por último, pero no por ello menos importante, debemos recuperar la
autoridad y el prestigio social del profesor, del educador. Esa autoridad que
confiere no sólo el saber sino también el saber enseñar, el despertar vocaciones
y provocar el cambio.
Como dijo el pedagogo francés Philipe Meirieu: “si la
educación tiene sentido es porque encierra unas metas, es decir, porque no
queremos que los alumnos sean como son, porque creemos que si incorporan otras
competencias serán mejores compañeros, alumnos y ciudadanos. Más allá de todas
las incertidumbres y relativismos de la sociedad postmoderna, si educamos es
porque creemos que hay conocimientos, valores y, en suma, unas competencias más
deseables que otras. Por tanto, queremos que nuestro alumnado sea más
competente y más capaz, un peaje probablemente necesario para conseguir que
sean también más felices”.
Muchas gracias
Felicitaciones a todos por ser parte del Núcleo
Escolar Rural 258.