
miércoles, 9 de marzo de 2016
martes, 8 de marzo de 2016
50 Aniversario del Núcleo Escolar Rural 258
La conmemoración
de los 50 años de nuestro querido Núcleo Escolar Rural 258 se constituye en el
momento oportuno para dejar testimonio de cuánto han realizado tantos hombres y
mujeres que dejaron aquí su impronta y su huella. Muchos de ellos se encuentran
presentes en este lugar y han vivido el sueño de fundar y desarrollar nuestras
instituciones educativas. Nuestro respeto y reconocimiento a todos aquellos
directivos, docentes, padres y alumnos y
hoy ex alumnos, que han sido y son parte de las páginas de NER 258 a lo
largo de estos años.
Felicitaciones a todos por ser parte del Núcleo
Escolar Rural 258.
En esta celebración, sin duda, todos hacemos una
mirada retrospectiva. Por eso, es una ocasión propicia para observar con
sabiduría su historia y reconocer en nuestro NER lo que es perdurable y debe
conservarse con esmero. Pero al mismo tiempo, es la oportunidad de ver más allá
y proyectar su perspectiva hacia el devenir.
Desde esta mirada, se descubren hitos que han jugado un rol clave en su desarrollo, y por lo mismo están llamados a constituirse en los ejes de nuestra historia rural.
En la hora de la fundación del Núcleo Escolar Rural 258, y como en toda hora fundacional, podemos reconocer el ardor, el entusiasmo, con que se gestan los sueños y las aventuras.
Desde mi misión de como miembro de la Gran Familia que hoy conformamos en Núcleo Escolar Rural 258, quiero invitarlos a reconocernos en este pasado: sólo así podremos proyectarnos hacia el futuro. Nosotros ya formamos parte de ese futuro.
El siglo XXI es el siglo del saber. El saber cambia el mundo, y nuestro mundo está cambiando a la velocidad de los nuevos descubrimientos.
Hablamos de la sociedad del conocimiento, hablamos de posmodernidad y de crisis de la educación. Es entonces cuando nos encontramos con una realidad incontrastable: la brecha que existe entre el profesional del siglo XXI, que son nuestros alumnos y la escuela de hoy.
Esta disyuntiva amerita que, como educadores, nos replanteemos objetivos, metas, pedagogías y sus didácticas para poder formar no solo al profesional de cualquier disciplina, sino al profesional competitivo que marcha de la mano de la vanguardia tecnológica. De allí que sea necesario desarrollar el pensamiento crítico y estimular la actitud científica desde el primer ingreso a las escuelas rurales y a lo largo de toda la vida educativa.
Comenio, padre de la didáctica, ya en el siglo 16 definía la educación “como el arte de hacer germinar las semillas interiores que se desarrollan no por incubación sino cuando se estimulan con oportunas experiencias, suficientemente variadas y ricas y sentidas siempre como nuevas, incluso por quien las enseña.”
Es responsabilidad nuestra, apreciados compañeros, hacer emerger el deseo de aprender. Es preciso crear situaciones que favorezcan el despertar y florecimiento de este deseo. Debemos crear situaciones diversificadas, variadas y estimulantes que ubiquen a nuestros alumnos en la necesidad de actuar, de saber hacer y no simplemente de recibir. Y es obligación y competencia de nuestras escuelas reflexionar sobre esta responsabilidad.
Es responsabilidad de las familias, acompañar a la instituciónes en la difícil tarea de formar hombres y mujeres para un mañana competitivo, donde deberán hacer frente a nuevos desafíos en forma autónoma y profesional.
Como verán, el prestigio de la educación, de la enseñanza, es una tarea de todos: a todos nos compete y a todos nos afecta. Y es una tarea lenta, silenciosa, cargada de sacrificios cuyos frutos se conocen con el tiempo.
Como nunca antes en su historia institucional, Núcleo Escolar Rural 258 se encuentra en una coyuntura que habilita la posibilidad de crecimiento, de maduración y de proyecciones insospechadas. Sin embargo, este propósito será realizable en la medida en que cada miembro de la comunidad; Directores, Docentes, personal Administrativo; personal Aseador, Madres Elaboradoras, padres y alumnos, asuma el rol que se requiere para estar entre los mejores.
Como NER aceptamos los nuevos desafíos y tendencias, conscientes de que contamos con recursos insustituibles: un capital intelectual valioso, una administración y gestión la cual se puede mejorar claro que sí yo creo en ello, recursos humanos orgullosos de pertenecer a una organización en búsqueda de la excelencia, una comunidad muy comprometida con el proyecto educativo y rural, soportes tecnológicos y una infraestructura que en 60 % de nuestras instituciones se considera óptima.
Desde esta mirada, se descubren hitos que han jugado un rol clave en su desarrollo, y por lo mismo están llamados a constituirse en los ejes de nuestra historia rural.
En la hora de la fundación del Núcleo Escolar Rural 258, y como en toda hora fundacional, podemos reconocer el ardor, el entusiasmo, con que se gestan los sueños y las aventuras.
Desde mi misión de como miembro de la Gran Familia que hoy conformamos en Núcleo Escolar Rural 258, quiero invitarlos a reconocernos en este pasado: sólo así podremos proyectarnos hacia el futuro. Nosotros ya formamos parte de ese futuro.
El siglo XXI es el siglo del saber. El saber cambia el mundo, y nuestro mundo está cambiando a la velocidad de los nuevos descubrimientos.
Hablamos de la sociedad del conocimiento, hablamos de posmodernidad y de crisis de la educación. Es entonces cuando nos encontramos con una realidad incontrastable: la brecha que existe entre el profesional del siglo XXI, que son nuestros alumnos y la escuela de hoy.
Esta disyuntiva amerita que, como educadores, nos replanteemos objetivos, metas, pedagogías y sus didácticas para poder formar no solo al profesional de cualquier disciplina, sino al profesional competitivo que marcha de la mano de la vanguardia tecnológica. De allí que sea necesario desarrollar el pensamiento crítico y estimular la actitud científica desde el primer ingreso a las escuelas rurales y a lo largo de toda la vida educativa.
Comenio, padre de la didáctica, ya en el siglo 16 definía la educación “como el arte de hacer germinar las semillas interiores que se desarrollan no por incubación sino cuando se estimulan con oportunas experiencias, suficientemente variadas y ricas y sentidas siempre como nuevas, incluso por quien las enseña.”
Es responsabilidad nuestra, apreciados compañeros, hacer emerger el deseo de aprender. Es preciso crear situaciones que favorezcan el despertar y florecimiento de este deseo. Debemos crear situaciones diversificadas, variadas y estimulantes que ubiquen a nuestros alumnos en la necesidad de actuar, de saber hacer y no simplemente de recibir. Y es obligación y competencia de nuestras escuelas reflexionar sobre esta responsabilidad.
Es responsabilidad de las familias, acompañar a la instituciónes en la difícil tarea de formar hombres y mujeres para un mañana competitivo, donde deberán hacer frente a nuevos desafíos en forma autónoma y profesional.
Como verán, el prestigio de la educación, de la enseñanza, es una tarea de todos: a todos nos compete y a todos nos afecta. Y es una tarea lenta, silenciosa, cargada de sacrificios cuyos frutos se conocen con el tiempo.
Como nunca antes en su historia institucional, Núcleo Escolar Rural 258 se encuentra en una coyuntura que habilita la posibilidad de crecimiento, de maduración y de proyecciones insospechadas. Sin embargo, este propósito será realizable en la medida en que cada miembro de la comunidad; Directores, Docentes, personal Administrativo; personal Aseador, Madres Elaboradoras, padres y alumnos, asuma el rol que se requiere para estar entre los mejores.
Como NER aceptamos los nuevos desafíos y tendencias, conscientes de que contamos con recursos insustituibles: un capital intelectual valioso, una administración y gestión la cual se puede mejorar claro que sí yo creo en ello, recursos humanos orgullosos de pertenecer a una organización en búsqueda de la excelencia, una comunidad muy comprometida con el proyecto educativo y rural, soportes tecnológicos y una infraestructura que en 60 % de nuestras instituciones se considera óptima.
Estos primeros
50 años nos marcan como Núcleo Escolar Rural 258. Invito a comenzar a replantearnos y
repensar algunas ideas para nuestros alumnos del siglo XXI, a saber:
La necesidad de formar en valores y no solo en utilidades.
El compromiso de reactualizar la herencia de nuestra cultura y nuestras tradiciones y costumbres rurales.
La revalorización del papel de la familia, sobre todo en los primeros estadios de socialización.
La necesidad de formar en valores y no solo en utilidades.
El compromiso de reactualizar la herencia de nuestra cultura y nuestras tradiciones y costumbres rurales.
La revalorización del papel de la familia, sobre todo en los primeros estadios de socialización.
La determinación de formar
ciudadanos y no consumidores
La convicción de apostar por la formación del carácter ya que es imprescindible recuperar el valor de la voluntad, del esfuerzo y del sacrificio para alcanzar las metas propuestas.
La convicción de apostar por la formación del carácter ya que es imprescindible recuperar el valor de la voluntad, del esfuerzo y del sacrificio para alcanzar las metas propuestas.
El enseñar a nuestros niños y niñas
amar a la naturaleza y que sean conscientes de los cambios climáticos, que el calentamiento global está causando
terribles consecuencias a nuestra tierras, sobre todo el cuidado del medio
ambiente y la preservación del agua, de la Flora y de la fauna de nuestras
aldeas y caseríos de estos dos municipios Sucre y Francisco de Miranda, que se
ven unidos no solo por su condición geográfica o su historia, también por nuestro
Núcleo Escolar Rural 258.
Por último, pero no por ello menos importante, debemos recuperar la autoridad y el prestigio social del profesor, del educador. Esa autoridad que confiere no sólo el saber sino también el saber enseñar, el despertar vocaciones y provocar el cambio.
Como dijo el pedagogo francés Philipe Meirieu: “si la educación tiene sentido es porque encierra unas metas, es decir, porque no queremos que los alumnos sean como son, porque creemos que si incorporan otras competencias serán mejores compañeros, alumnos y ciudadanos. Más allá de todas las incertidumbres y relativismos de la sociedad postmoderna, si educamos es porque creemos que hay conocimientos, valores y, en suma, unas competencias más deseables que otras. Por tanto, queremos que nuestro alumnado sea más competente y más capaz, un peaje probablemente necesario para conseguir que sean también más felices”.
Por último, pero no por ello menos importante, debemos recuperar la autoridad y el prestigio social del profesor, del educador. Esa autoridad que confiere no sólo el saber sino también el saber enseñar, el despertar vocaciones y provocar el cambio.
Como dijo el pedagogo francés Philipe Meirieu: “si la educación tiene sentido es porque encierra unas metas, es decir, porque no queremos que los alumnos sean como son, porque creemos que si incorporan otras competencias serán mejores compañeros, alumnos y ciudadanos. Más allá de todas las incertidumbres y relativismos de la sociedad postmoderna, si educamos es porque creemos que hay conocimientos, valores y, en suma, unas competencias más deseables que otras. Por tanto, queremos que nuestro alumnado sea más competente y más capaz, un peaje probablemente necesario para conseguir que sean también más felices”.
Muchas gracias
Y pasaron 50 años.....
El Núcleo Escolar Rural 258, ha brillado con luz propia desde sus orígenes. La calidad de la educación Rural que imparte a sus alumnos, los innumerables niños, niñas y jóvenes de las aldeas de los Municipios Sucre y Francisco de Miranda a quienes ha servido y servirá, a quienes ha formado y formaran, durante este medio siglo de vida, es la principal herramienta puesta al servicio de todos en nuestra región. Calidad, por demás, que ha sabido mantener en el tiempo e incluso mejorar, con el pasar de los años.
NER 258.
SEMBRADOR DE ESPERANZAS.
1966-2016.
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